La Unión Europea ha dado un paso decisivo hacia la descarbonización total del sector de la edificación con la revisión de la Directiva de Rendimiento Energético de los Edificios (EPBD, por sus siglas en inglés). Esta normativa, que entró en vigor el 28 de mayo de 2024, establece un ambicioso marco legal para transformar el parque inmobiliario europeo en un conjunto de edificios de cero emisiones para el año 2050.
¿Por qué es tan importante esta directiva?
Los edificios representan aproximadamente el 40% del consumo energético en la UE y más de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía. Además, el 85% de los edificios fueron construidos antes del año 2000, y el 75% de ellos presentan un bajo rendimiento energético. Por tanto, mejorar la eficiencia energética de los edificios es clave para reducir el consumo, las emisiones y la pobreza energética.
Objetivos principales de la EPBD revisada
- Todos los edificios nuevos deberán ser de cero emisiones a partir de 2030, y los edificios públicos nuevos deberán cumplir este estándar desde 2028.
- Reducción del consumo energético medio en edificios residenciales: al menos un 16% para 2030 y entre un 20% y 22% para 2035.
- Renovación obligatoria de los edificios no residenciales con peor rendimiento: el 16% de los peores para 2030 y el 26% para 2033.
- Despliegue obligatorio de energía solar en edificios nuevos y en aquellos sometidos a renovaciones importantes.
- Infraestructura para movilidad sostenible, incluyendo puntos de recarga para vehículos eléctricos y espacios para bicicletas.
Flexibilidad nacional y apoyo financiero
La directiva reconoce las diferencias entre los Estados miembros en cuanto a clima, geografía y parque inmobiliario existente. Por ello, permite a cada país definir su propia trayectoria de renovación, siempre que se cumplan los objetivos mínimos. Además, se prevé apoyo financiero específico para hogares vulnerables, incluyendo ayudas al alquiler y asistencia técnica.
Eliminación progresiva de combustibles fósiles
Uno de los pilares de la EPBD es la eliminación gradual de las calderas de combustibles fósiles en los edificios, con el objetivo de su completa desaparición para 2040. Esta medida se complementa con inspecciones periódicas de los sistemas de calefacción y refrigeración, y con incentivos para la electrificación y el uso de energías renovables.
Implicaciones para propietarios, constructores y ciudadanos
La implementación de esta directiva supondrá un cambio profundo en la forma en que se construyen, renuevan y utilizan los edificios en Europa. Para los propietarios, implicará oportunidades de ahorro energético y revalorización de sus inmuebles. Para el sector de la construcción, se abre un nuevo horizonte de demanda de soluciones sostenibles, formación especializada y empleo verde.
La EPBD revisada no es solo una normativa técnica: es una hoja de ruta hacia un futuro más limpio, saludable y resiliente. Al establecer estándares ambiciosos pero alcanzables, y al proporcionar flexibilidad y apoyo financiero, la UE demuestra su compromiso con la neutralidad climática y con el bienestar de sus ciudadanos.
La transformación del parque inmobiliario europeo no será inmediata, pero con esta directiva, el camino hacia 2050 está claramente trazado.